Educación Online: El desafío está ahora en la calidad
Nunca imaginamos que un problema sanitario, como la pandemia mundial, Covid-19, recién experimentada, y que aún nos afecta, podría significar un antes y un después en el desarrollo de la educación mediada por tecnología.
Las instituciones de educación enfrentaron esta pandemia con distintos grados de éxito, ya sea por los recursos internos disponibles, la brecha digital respecto del grupo de estudiantes que conforman sus comunidades o las capacidades instaladas de sus equipos especialistas en tecnología educativa, cuando estos existían. Por otra parte, un factor también determinante es el conocimiento y comprensión de los aspectos académicos y pedagógicos en estas instituciones sobre la temática de las modalidades de formación no presencial.
Es así como podemos observar una multiplicidad de realidades en dichas instituciones, dependiendo del dominio de los factores mencionados y las características de su personal docente, directivos y, por supuesto, estudiantes, por nombrar los más evidentes.

Lucía Fernández Arenas.
La buena noticia es que este escenario tan variado y desigual ha generado bastante literatura en torno al tema y ha “obligado” a colegios, centros de formación técnica, institutos y universidades a incorporar la tecnología a sus procesos de enseñanza-aprendizaje, brindando así nuevas posibilidades a estudiantes potenciales, a través de oportunidades educativas más flexibles, que permiten compatibilizar, por ejemplo, el estudio, la familia y el trabajo, cuando se trata de estudiantes adultos.
Si se ha aprovechado la experiencia vivida, y se ha buscado la asesoría adecuada, también nos encontraremos con programas de formación muy bien pensados y ejecutados.
Para ofrecer experiencias educativas de calidad, hay que considerar tanto el diseño, desarrollo e implementación, como el análisis previo y la evaluación durante el proceso y al finalizar la ejecución de programas en estas modalidades, ya sean semipresenciales o 100% en línea u otro, según la distribución y combinación de horas sincrónicas, asincrónicas, presenciales o a distancia, etc.
El considerar estos elementos, nos hace pensar en el Modelo Addie, unos de los más conocidos y utilizados por su capacidad de síntesis de la serie de etapas y procesos involucrados en el desarrollo de programas de instrucción. Sin embargo, cada institución debe definir en qué momento se encuentra, con qué recursos y ventajas cuenta y qué elementos debiera incorporar para iniciar una propuesta educativa con estas características.
Proponemos las siguientes preguntas iniciales, que es necesario formularse antes de comenzar un proceso de virtualización de la enseñanza:
- ¿Por qué queremos ofrecer programas, carreras o asignaturas en modalidad no presencial?
- ¿Qué programas, carreras o asignaturas podemos o queremos dictar en estas modalidades?
- ¿Nuestra comunidad educativa está preparada para sumarse a esta iniciativa institucional?
- ¿Existe en la institución una unidad curricular con conocimientos sobre las características de cursos de este tipo?
- ¿Con qué docentes contamos y cuál es su nivel de preparación en estas temáticas?
- ¿Contamos con equipo técnico suficiente y adecuado para diseñar y desarrollar estos cursos?
- ¿Contamos con equipo técnico especializado en el acompañamiento de los estudiantes en el proceso de implementación de estos programas?
- ¿Cómo capacitaremos a los docentes que participarán como expertos en contenido para el desarrollo de estos cursos?
- ¿Cómo habilitaremos a los docentes en cuanto a las competencias requeridas para dictar estos cursos?
Todas estas preguntas y muchas otras, que deben ser analizadas, harán posible la tarea de impartir asignaturas en modalidad no presencial siempre y cuando se cuente con instituciones comprometidas con el aprendizaje de sus estudiantes, el apoyo estatal requerido para superar las brechas educativas a nivel país y con estándares definidos por parte de los organismos fiscalizadores y acreditadores.
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Lectura Recomendada:
A continuación compartimos un documento que resume modelos asociados al diseño de programas en modalidad no presencial:
CV Lucía Fernández Arenas: Licenciada en Filosofía de la Universidad de Chile y Profesora de Enseñanza Media con mención en Filosofía en Universidad de Chile. Con estudios de Magister en Informática Educativa en UTEM. Su trayectoria laboral ha estado siempre ligada a la educación, desempeñando roles en Docencia, Acreditación, Aseguramiento de la Calidad, Diseño y Desarrollo Curricular e Instruccional, formando parte y dirigiendo equipos.